sábado, 9 de enero de 2010

Antibióticos

Los Antibióticos son sustancias químicas que pueden inhibir el crecimiento de, e incluso destruir, los microorganismos nocivos. Son especiales derivados de microorganismos u otros sistemas vivos, y se producen a escala industrial mediante un proceso de fermentación. Aunque los principios de acción de los Antibióticos no se descubrieron hasta el siglo XX, el primer uso conocido de los Antibióticos fue por los chinos hace más de 2500 años. Hoy en día, más de 10000 sustancias antibióticas se han reportado. Actualmente, los Antibióticos representan una industria de miles de millones de dólares que continúa creciendo cada año.

Los Antibióticos activos contra las bacterias son bacteriostático o bacteriocidal, es decir, están bien inhibir el crecimiento de organismos susceptibles o destruirlos. Sobre la base de su mecanismo de acción, los Antibióticos se clasifican en (1) las que afectan a la pared celular bacteriana de la biosíntesis, causando la pérdida de viabilidad y, a menudo, la lisis celular (penicilinas y las cefalosporinas, bacitracina, cicloserina, vancomicina), (2) los que Actúan directamente sobre la membrana celular, que afecta a su función de barrera y conduciendo a la filtración de componentes intracelulares (polimixina), (3) aquellos que interfieren con la biosíntesis de proteínas (cloranfenicol, tetraciclinas, eritromicina, espectinomicina, estreptomicina, gentamicina), (4) los que Afectan a la biosíntesis de ácidos nucleicos (rifampicina, novobiocin, quinolonas), y (5) los que bloquean pasos específicos en el metabolismo intermediario (sulfonamidas, trimetoprim). Véase también de Enzimas; Sulfonamide.

Los Antibióticos activos contra hongos son fungistatic o fungicida. Sus mecanismos de acción incluyen (1) la interacción con la membrana celular, dando lugar a fugas de los componentes citoplásmica (anfotericina, nistatina), (2) la interferencia con la síntesis de componentes de la membrana (ketoconazol, fluconazol), (3) la interferencia con la síntesis de ácido nucleico (5-fluorocytosine), y (4) la interferencia con el montaje microtúbulos (griseofulvina). Véase también Fungistat y fungicida.

Algunos medicamentos para combatir esta clase de bacterias son Ceftin, Biaxin, Floxin, Cleocin, Levaquin, entre otros.

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Cuidado con los antibióticos

“En México hay antibióticos a los que se les ha desarrollado una resistencia por arriba de 80%, por ello es recomendable que su prescripción sea responsable, pues a veces se aplican de manera innecesaria e inadecuada”, afirmó Víctor Martel, gerente médico de Bristol-Myers Squibb, durante un taller sobre el uso racional de estos fármacos.

A fin de atajar estas prácticas, el laboratorio implanta programas de control de empleo, educación universitaria médica continua y campañas de difusión en conjunto con la industria farmacéutica.

Los abusos más relevantes en la práctica clínica se dan con una prescripción no necesaria, cuando se fomenta la automedicación y el tratamiento de infecciones virales y no bacterianas, o inadecuada por desconocimiento de la epidemiología de la infección, selección de antibióticos y tratamientos profilácticos inadecuados, así como el desconocimiento de las indicaciones de pruebas de susceptibilidad antimicrobiana.

La plática y el taller tratan de que la comunidad médica reconozca que, para lograr la permanencia y efectividad de los antibióticos, es necesario incrementar la prevención de enfermedades infecciosas e incentivar la vigilancia epidemiológica, pues la prevalencia de patógenos con cierta resistencia puede variar con el tiempo, lugar, población, unidad hospitalaria y periodo de hospitalización.

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Zithromax

Zithromax se utiliza para tratar infecciones bacterianas leves o moderadas. Funciona en contra de diferentes bacterias, especialmente clamidia, hemófilus y estreptococo. Estas bacterias pueden causar infecciones de piel, nariz, garganta y pulmones. También pueden ser transmitidas a través de relaciones sexuales y causar infecciones genitales.

Muchos gérmenes viven en nuestro cuerpo o son comunes en el medio ambiente. Un sistema inmune sano puede eliminarlos o mantenerlos bajo control. Sin embargo, la infección por el VIH puede debilitar al sistema inmune. Las infecciones que se aprovechan de la presencia de un sistema inmune debilitado se llaman "infecciones oportunistas". Las personas con enfermedad por el VIH avanzada pueden desarrollar enfermedades oportunistas.

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